La mujer en la Bauhaus, la obra olvidada
La mujer en la Bauhaus y cómo hizo un aporte importante en la construcción de la innovadora escuela vanguardista. Dados los años que corrían, comienzos del siglo XX, era todo un logro su introducción en la citada institución académica.
No obstante, la discriminación estuvo muy presente relegando talentos femeninos a las disciplinas consideradas menores dentro de su pluralidad de propuestas y enseñanzas.
Para muchos de nuestros contemporáneos, diseños ideados por las mujeres de éste movimiento artístico pasan, aún hoy, por ser atribuidos a los hombres a los que acompañaron. Ya fuera como esposas, colegas o colaboradoras.
Sin embargo para entender como se fraguó esta escuela y cómo rompió con los cánones establecidos, vamos inevitablemente a recurrir a un esbozo de sus pretensiones en la clave histórica que se merece.
El origen de la Bauhaus
La bauhaus fue una escuela creada en Alemania, en 1919 en la ciudad de Weimar. En ella se reunían la enseñanza de la arquitectura, el diseño, la plástica y la artesanía. El primer paso fue dado por Walter Gropius, arquitecto alemán, que se convirtió en su director e ideólogo.
En principio y como piedra angular se originó la escuela de arquitectura y diseño. Simultáneamente se fusionaron las bellas artes y poco después las artes aplicadas de la desaparecida escuela de Weimar.
Talentos artísticos como docentes
Con mucho acierto Gropius designó a profesores de elevado talento como Gerhard Marcks, Lyonel Feininger, Johannes Itten, Paul Klee, Oskar Schlemmer, Wassily Kandinsky y Lászlo Moholy-Nagy.
Cuotas para el ingreso de las mujeres en la Bauhaus
Como consecuencia, la escuela de Weimar se convirtió en un imán para los estudiantes nacionales e internacionales. Hubo incluso que poner cuotas para recibir la gran demanda del alumnado, tanto el de las féminas como el de estudiantes internacionales.
Máximo valor a la capacidad individual tanto de hombres como de la mujer en la Bauhaus
La teoría académica quedó relegada ya que la Bauhaus se basó en un concepto pluralista, concediendo el máximo valor a las capacidades propias de los estudiantes. Los métodos creativos y el desarrollo individual se convirtieron en su eje central.
Para ello crearon un curso preliminar de un semestre de prueba, donde se comprobaba la habilidad de los estudiantes. Durante estos primeros meses, se enseñaban los fundamentos del diseño y de la artesanía.
No se necesitaban requisitos académicos, más allá del talento propio, tampoco importaba la nacionalidad o el sexo, ya que el objetivo real del programa educativo consistía en el trabajo colaborativo.
La síntesis del arte
Gropius concibió la idea de «la síntesis del arte» para la construcción de un edificio representativo. Todos los talleres debían contribuir, es decir colaborar directamente en su elaboración.
El ser humano, para Gropius, debía estar en el centro de todos los anhelos y esfuerzos de la escuela de la Bauhaus.
Como no podía ser de otra forma se reunieron todas las artes, desde la pintura y la escultura, a la fotografía o la escenografía.
La importancia social del movimiento Bauhaus y su contribución al mundo artístico, hizo que un siglo después, todavía perduren tanto su concepto ideal del arte, como la aplicación de éste en la expresión plástica.
Teatro de integración: escenografía
Otra fundamental característica fue su talentoso taller de teatro de integración. La mujer en la Bauhaus especialmente en este campo estuvo muy presente. Su fusión con las artes visuales y escénicas, por tanto interdisciplinar, le convirtió en el teatro más vanguardista de la época.
La originalidad de su escenografía es patente en las imágenes que os ofrezco. Se puede observar la presencia femenina en las mismas.
El espíritu del despertar
La escuela representaba el espíritu del despertar, un nuevo comienzo para construir cultura, con elementos muy visionarios en aquella época. Para Gropius el arte debía desempeñar una función social y además no debía existir división entre las disciplinas consideradas como artesanía.
La bauhaus fue una revolución intelectual dentro de una Alemania muy dividida políticamente. Para la derecha alemana la idea de la bauhaus era utópica y bolchevique, transgresora y liberal.
Walter Gropius y más concretamente la Bauhaus en su conjunto, ambicionaron que las disciplinas artísticas invadiesen la vida de los ciudadanos, en la realidad práctica. Como un vehículo socializador de la cultura, siendo el arte su eje central.
De tal manera, su afán para llegar a la población, les hizo considerar los procesos industriales y en cadena. Por lo cuál y gracias a la difusión de sus productos de diseño, su icónica implantación se hace todavía visible hoy en día.
Enfoque pragmático de la Bauhaus
Los inicios de la bauhaus de Weimar tuvieron claramente una influencia expresionista, tal vez por la gran permeabilidad de éste movimiento sobre los artistas de la Bauhaus. Probablemente profesores como Johannes Itten y su gusto por el propio expresionismo y lo exotérico contribuyeran a ello.
Pero en 1923 se cambia la dirección de la Bauhaus recayendo en manos del holandés Theo Van Doesburg, miembro del grupo Stijl. La influencia de la nueva dirección fue decisiva en el devenir de rumbo de la escuela.
Las demandas del mundo tecnológico
En dichas circunstancias prevaleció un enfoque pragmático y funcionalista, encaminado a las demandas del mundo tecnológico y orientado a la productividad.
Con ésta nueva dirección se produjo un aumento claro de producción y distribución, manifestado en clásicos del diseño como la lámpara denominada «bauhaus» de Jucker y Wagenfeld.
En éste contexto fue construido el «Haus am Horn» como primer testimonio arquitectónico colaborativo de la primera Bauhaus de Weimar en 1923.
El estilo internacional
La propuesta de Gropius de un «estilo internacional», como vehículo para convertir el arte en un factor determinante del progreso y de la colaboración entre los pueblos.
Las iniciativas de Walter Gropius de igualdad entre sexos, entre pueblos, entre humanos en definitiva, no solo fueron vanguardistas y modernas en aquel momento. El «estilo internacional», su concepto, sigue estando vigente hoy en día un siglo después.
Cambio de sede de la Bauhaus
Siempre a favor de una reconstrucción de las grandes contradicciones sociales y para poder sentar las bases de una armonía entre la existencia del hombre y la productividad.
Pero en 1924, el gobierno entrante de derechas, reduce la dotación de presupuesto a la mitad, al igual que la contratación de docentes tras las numerosas cancelaciones de plantilla.
Gropius y los docentes que quedaron, renunciaron a sus cargos en un acto de solidaridad y de autoafirmación. Pero entonces un abultado número de ciudades, se mostraron muy interesadas en que la nueva sede y hogar de la Bauhaus se instalara en su territorio.
Finalmente se decantaron por Dessau y Gropius donó 160 productos fabricados en los talleres de Weimar a la colección del estado. Hoy en día la colección de Weimar sigue siendo la más importante y numerosa de los productos de la Bauhaus.
La mujer en la Bauhaus una presencia imprescindible
La Bauhaus fue de las primeras y pocas instituciones que dieron acceso a la mujer dentro su comunidad educativa. La aceptación por cualificación dentro de su programa, era una auténtica novedad.
Contar con la mujer dentro de la Bauhaus contribuyó a esa revolución del pensamiento crítico que se suponía necesaria para el desarrollo de la escuela. Ya que la Bauhaus cambió el concepto creativo y artístico del mundo desarrollado de la época.
Sin el aporte femenino, esa transformación en el lenguaje plástico, no hubiera alcanzado su plenitud.
De cualquier manera, una vez dentro de la escuela gracias a la capacidad personal de cada una, el machismo imperante consiguió que no fuesen tratadas como sus homólogos masculinos.
No obstante esa pasión por conquistar los espacios reservados para los hombres, originó una gran ola de artesanas y artistas modernas. Su afán y su empeño, hicieron que su contribución fuera verdaderamente significativa, pese a ser eclipsada y poco reconocida dentro del propio movimiento Bauhaus.
El refugio de la mujer en la Bauhaus
Las presiones masculinas consiguieron que el refugio para las mujeres de la Bauhaus, se centrara principalmente en los talleres textiles y cerámicos. La arquitectura, el diseño industrial o la escultura estaban monopolizados por los hombres.
Pero esos vetos e imposiciones no impidieron el desarrollo creativo de éstas pioneras y valientes luchadoras, que transgredían los conceptos y consensos establecidos por el mundo masculino.
Su aporte al mundo del arte fue decisivo e injustamente eclipsado, sin poner en su justo valor y olvidado durante demasiadas generaciones.
Por ese motivo conviene empezar a ser justos con la memoria que se merecen, aunque sea un siglo después.
Marianne Brandt la mujer que dirigió el taller del metal en la Bauhaus
Fue la primera mujer en dirigir el taller del metal de la escuela Bauhaus. Fue ingeniera industrial, fotógrafa y pintora. Inició sus estudios de pintura y escultura en la escuela de Bellas Artes de Weimar en 1911. Se dedicó a la pintura unos años, hasta ingresar en la Bauhaus como estudiante en 1923.
Como casi todas las mujeres, ingresó en los talleres textiles donde estaría un tiempo, a cargo en aquel momento, de la dirección de Gunta Stolzl.
Pero gracias a la insistencia contumaz y su gran talento consiguió introducirse en el taller de metal. Su director, el diseñador húngaro Lászlo Moholy-Nagy, comprendió su gran capacidad y la admitió dentro de su enseñanza.
Tras la marcha de su mentor, se convirtió en la directora del taller en 1928, no sin la reticencia de sus compañeros y profesores de la Bauhaus. Los celos e inseguridad que causó dentro de la comunidad masculina, hicieron que durara poco más de un año.
Las presiones a las que se vio sometida consiguieron que abandonara la Bauhaus y se marchara a Berlín para formar parte y colaborar en el estudio de Walter Gropius. Esta colaboración duraría hasta la implantación del nazismo en 1933.
Margarete Heymann ceramista y diseñadora
Fue una destacada ceramista pero se vio muy frustrada por las limitaciones que la administración le imponía. De tal manera, consiguió brillar por ella misma abriendo su propio taller y fuera de la Bauhaus.
Como el caso de Margarete Heymann hay muchos otros en los que las mujeres que estudiaron y se graduaron en la Bauhaus, no encontraron la aceptación que se merecían dado su talento como creadoras.
Como ejemplo comparto unas hermosas piezas tanto en cerámica como en metal, para uno de sus más conocidos diseños.
La sensibilidad con la que la mujer en la Bauhaus acometió su trabajo, marcó los designios estéticos de la escuela. Apareció la sinuosidad, lo sensitivo, lo intuitivo y dotó a la innovadora Bauhaus, de mayores capacidades creativas para su desarrollo.
En definitiva, la aportación de la mujer Bauhaus, contribuyó decisivamente en la prosperidad de la escuela, en su conformación y en la proyección que tuvo hacia el futuro del arte.
Gunta Stolzl la mujer que dirigió el taller textil en la Bauhaus
Fue de las primeras mujeres en ingresar en 1919 en la Bauhaus. Su verdadero interés estaba centrado en las artes plásticas. Pero como era de prever el destino le tenía preparado el taller textil.
Colaboró con intensidad en la creación de tapicerías de los diseños de muebles de Marcel Breuer. Consiguió dirigir el taller de textiles y enseñar a otras muchas jóvenes interesadas en este método creativo. Se casó con un compañero de la Bauhaus, arquitecto judío, lo que provocó desafortunados incidentes en su vida, como docente y de manera personal.
Con la llegada del crudo nazismo, Gunta y su familia tuvieron que huir a Suiza. Allí abrió su propio estudio como diseñadora textil.
Anni Albers la poetisa de los telares, la más reconocida mujer de la Bauhaus
Estudió Artes y Oficios en Hamburgo. En 1922 ingresó en el taller textil de la Bauhaus.
Su dedicación en el arte de tejer le hizo construir bellos patrones de abstracción geométrica. Su original trabajo no impidió que investigara las propiedades físicas de ciertos tejidos y su combinación. Esta labor investigadora será continuada en su territorio de adopción.
En 1933 tuvo que emigrar forzada por el nazismo. Se instaló en Estados Unidos como tantos otros del vanguardismo de su época. En el nuevo continente abrió su propio estudio y trabajó colaborando con compañías internacionales de diseño.
En su trayectoria americana consiguió ser la primera mujer de la Bauhaus reconocida como un valor artístico del movimiento vanguardista al que pertenecía. El exilio americano la encumbró. Sus trabajos y creaciones fueron aplaudidos, al margen del sexo que representaba, en el nuevo continente.
En 1949 el Moma de Nueva York la reconoció como la poetisa de los telares, concediéndole una exposición individual, que la colocó en la cúspide del mundo artístico.
Gertrud Arndt o el autorretrato de la mujer en la Bauhaus
Ganó una beca de arquitectura para ingresar en la Bauhaus, pero la administración le negó esa posibilidad. De hecho no pudo realizar los estudios que deseaba hacer y la introdujeron directamente en el taller textil.
Una vez concluidos sus estudios y ya graduada, jamás volvió a practicar éste diseño. Toda su energía la dedicó al mundo de la fotografía. Es bien conocida por sus numerosos autorretratos. En ellos se percibe su capacidad para mostrarse a ella misma sin complejos, y en aptitudes muy teatrales. Realizó muchas series de autorretratos de las que os ofrezco una muestra.
Lilly Reich la diseñadora de la Bauhaus eclipsada por su compañero
Fue un gran talento de la escuela de la Bauhaus. Realmente su trabajo fue adjudicado a su marido Mies van der Rohe, durante demasiadas décadas. Ella, humildemente colaboraba en todos los proyectos de su afamado compañero.
Después de analizar detenidamente sus colaboraciones, se descubre que una parte importante del prestigio del marido se debe a la inteligencia plástica de Lilly Reich.
A ésta conclusión se ha llegado tras comprobar que la citada diseñadora firmaba sus proyectos, simplemente con sus iniciales. L. R. fue su sello y está presente en muchos de los diseños industriales, y arquitectónicos atribuidos por la historia del arte a su marido.
Llegó a ser la directora, dentro de la Bauhaus, del departamento de diseño de interiores. El «Café de terciopelo y seda» es demostrativo de este momento de su historia.
Además fue la responsable de diseños emblemáticos de la Bauhaus, como la silla Brno y la silla Barcelona.
Colaboró directamente en el Pabellón alemán de la exposición Internacional de Barcelona, en la casa Tugendhat, la casa Lange y otras cuantas más, firmadas por su compañero.
Lucia Schulz (Moholy) la fotógrafa de la Bauhaus, escritora y critica de arte
Lucía Schulz (Moholy) nació en Praga, una de las mayores ciudades del imperio austrohúngaro. Realizó en la universidad de su ciudad natal, los estudios de filosofía e historia del arte, durante la primera década del siglo XX. Atraída por la envergadura del proyecto de Gropius, por la idea de esa síntesis del arte o por ese espíritu del despertar. Sin dudarlo se trasladó, como otros tantos estudiantes concienciados de su época, a engrosar las filas de una propuesta tan interesante, desde el punto de vista artístico y social.
Documentación gráfica de Dessau
Mujer dotada de gran capacidad intelectual, culta y comprometida, en los años veinte entra en la Bauhaus de Weimar. Gracias a ella se documentó gráficamente la vida cotidiana de la escuela.
El trabajo de documentación que realizó es de inestimable valor. Las fotografías de la construcción de todo el edificio Bauhaus, desde el origen a su resultado final, pasando por los diferentes estados, tanto de aciertos como de errores enmendados.
Fotografió todo el proceso de creación de la nueva sede de Dessau, los trabajos resultantes de los distintos talleres, a sus propios compañeros, las fiestas y la vida propia de la Bauhaus.
Los trabajos de sus compañeros de distintos talleres fueron reflejados por Lucia en sus fotografías que a la vez se han convertido en documentos gráficos e históricos.
Estuvo casada con el artista y profesor de la escuela Lászlo Moholy-Nagy del que adoptó su apellido. Sus inquietudes artísticas e intelectuales provocaron en ella un gusto y una gran capacidad para la escritura y la crítica artística. Estas serían una constante a lo largo de toda su vida.
La «Nueva objetividad»
Para Lucia Moholy la fotografía debía encarnar la denominada «Nueva objetividad». Sus retratos de primeros planos muy próximos, permitían captar la verdadera expresión de los modelos.
En sus retratos se concedía un espacio claro a la autorepresentación, dejando un poco de lado la visión subjetiva del artista.
Además repintaba sus fotografías para potenciar los claroscuros y dotarlas de mayor expresividad plástica. Era muy consciente de la capacidad comunicativa del arte de la fotografía.
El juego experimental
En ellas introducía elementos y veladuras, construyendo todo un juego experimental, que potenciaba la plasticidad de sus imágenes.
Hacía primeros planos, con ángulos complicados, abstracción, además de distorsiones ópticas. Utilizaba para conseguirlo variadas técnicas que le permitieran expresar su lenguaje particular.
Declaradamente atea y judía, una vez alcanzado el poder el nazismo, se vio obligada a abandonar Alemania, trasladándose a Estados Unidos donde siguió con su labor profesional.
Escribió mucha crítica de arte y colaboró para numerosas publicaciones. También trabajó para la UNESCO en diferentes proyectos. Finalmente regresó a Europa afincándose en Suiza e instalándose en la ciudad de Zurich donde acabaría sus días.
Alli Friedl Dicker-Brandeis la mujer de la Bauhaus asesinada en Auschwitz
Nacida en Viena fue una artista multidisciplinar, arquitecta, fotógrafa, diseñadora de mobiliario y textiles, y educadora. De mente inquieta y de una gran capacidad creativa.
Ingresó en la Bauhaus en 1919, de la mano de Johannes Itten con otros cuantos de sus alumnos, atraídos por la idea de Gropius y para formar parte del movimiento. A todos los austriacos que arrastró Itten a Weimar se les conocía como el grupo de los vieneses, al que Friedl Dicker pertenecía. Muy impregnados del expresionismo y con un concepto nada convencional de creación artística.
Periodo formativo de Dicker, como mujer de la Bauhaus
Durante su periodo formativo, como mujer de la Bauhaus, hizo diseño textil, encuadernación y tipografía. Realizó el diseño del vestuario y la escenografía de «El mercader de Venecia» y cuatro variantes de un plano arquitectónico con Franz Singer, perteneciente como ella al grupo vienés. El citado proyecto es la imagen que os ofrezco junto al párrafo.
En la fotografía que se ve a continuación os muestro el vestuario diseñado por Dicker para la obra de Shakespeare.
Una vez graduada en 1923, esta mujer de la Bauhaus, se traslada a Berlín donde seguirá trabajando con su compañero Franz Singer y colaborando en las actividades teatrales.
Realizaron varios encargos de escenografía y vestuario ya fuera de la Bauhaus, pero siempre con los fundamentos tanto sociales como artísticos del proyecto artístico que les unía.
Proyectos arquitectónicos de Dicker, como mujer Bauhaus
En 1924 se muda a Viena para formar un estudio de arquitectura con su compañera de carrera Ammy Wotitz-Moller. Un año más tarde fundó un estudio con Martha Doberl al que se sumaría en 1926 Franz Singer. Dicho estudio se conoció como Singer-Dicker y estuvo trabajando hasta 1933.
Club de tenis de Viena
Además del club de tenis de Viena, Dicker y su compañero Singer diseñaron la ampliación de la vivienda de la familia Reisner en 1929, realizada sobre la cubierta del edificio.
Pabellón de invitados de la Condesa Heriot
De especial interés fue la realización del Pabellón de invitados de la Condesa Heriot. Tanto desde el punto de vista formal como tecnológicamente hablando. La utilización de cristales curvos, que únicamente producía Alemania, en la construcción de un ascensor transparente circular y central como eje de su diseño.
Lamentablemente, solo quedan imágenes del proyecto, ya que la guerra lo dejó destruido. Solo quedan las fotografías del proyecto ya realizado para la Condesa Heriot que os ofrezco. La anterior imagen es demostrativa del pabellón, haciéndose los últimos retoques para finalizar su construcción.
Guardería «Montessori», el concepto Bauhaus de la mujer educadora
En 1930 diseña la Guardería municipal «Montessori», además de todo su mobiliario interior. Fue un jardín de infancia único, en el que ideó juguetes para estimular el desarrollo intelectual de la infancia. Montó todo el entorno interior pensado únicamente en función de las necesidades infantiles. Camas, sillas y mesas plegables y concretamente un mobiliario de lo más dual, completaba todo su proyecto. Dicha guardería marcaría un punto de inflexión en el concepto mismo de la docencia a edades tempranas.
educadora al estilo de la Bauhaus
Tanto impacto tuvo su idea de proyecto dentro de la docencia que en 1931 fue solicitada en Viena para dar un curso de arte a los maestros de guardería. Su proyecto promovía el desarrollo interior del niño y su relación práctica con el arte, fundamentos aprendidos como mujer de la Bauhaus. El acercamiento superficial al objeto, a su forma externa o visible, no era suficiente ni lo que se pretendía. Había que indagar en el mismo sujeto para empatizar con él, en pleno conocimiento de sus necesidades reales. En definitiva, vincular el rico mundo infantil con el arte desde el punto de vista práctico y del todo efectivo.
Los años de Terezín
Fue arrestada en 1934 por haber pertenecido en 1931 al movimiento KPö, de actividades comunistas. Tras su liberación se muda a Praga donde abre otro estudio con la arquitecta Karola Bloch, también desplazada. En esta etapa diseña mobiliario, accesorios, tapicerías y dedica mucho más tiempo a la fotografía.
Posteriormente, junto con su marido en 1938, se mudan a Hronov al noreste de Praga donde continúa con el diseño textil.
Testimonio infantil del holocausto
Pero en 1942 fue deportada voluntariamente por judía, para seguir a su marido. Sus últimos años los pasó en Terezín, población Checa conocida por su campo de concentración.
En Terezín dedicó todo su esfuerzo en dar clases clandestinas a la población infantil del campo, transmitiéndoles todo aquello que había aprendido. A la vista de los dibujos que sus alumnos realizaron, el aprendizaje fue muy efectivo. La necesidad espiritual de esa población infantil recluida, se vio fortalecida con la expresión plástica.
Antes de ser deportada en 1944 a Auschwitz, entregó dos maletas con más de 5.000 dibujos de los niños de Terezín, a una persona de confianza. Finalmente el 9 de Octubre de 1944 fue asesinada en el campo de concentración alemán, donde tantas atrocidades se cometieron.
Hoy en día todos esos dibujos infantiles se pueden ver en el «Museo Judío de Praga». La eficacia de sus enseñanzas se ve en cómo los niños relataron ese horror. Es realmente palpable en las manifestaciones artísticas de esa infancia tan marcada, cómo la supieron proyectar en sus dibujos y cómo ha llegado a nuestros días.
Fueron muchas otras mujeres en la Bauhaus
Muchas otras mujeres de la Bauhaus compusieron éste movimiento, como Otti Berger o Katt Both, creando una semilla de modernidad. Lucharon por el feminismo y por la conciencia de superación e igualdad.
La historia ha sido injusta y olvidadiza con su aportación. La narrativa de los logros del nuevo lenguaje plástico, ha concedido únicamente importancia al proyecto masculino. En definitiva, olvidando la imponente capacidad artística de las mujeres que también lo hicieron posible.
Buenísimo artículo. Me ha encantado leerlo.
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