Antecedentes de la arquitectura órganica
La arquitectura orgánica u organicismo fue un término que acuñó Frank Lloyd Wright, arquitecto estadounidense de la escuela de Chicago. Conocido por el diseño del museo Guggenheim de Nueva York, como la guinda final de su trayectoria como creador arquitectónico.
Museo Guggenheim de Nueva York
Su diseño como si fuera un zigurat le confiere una elegante monumentalidad. Gracias al hormigón, la libertad escultórica y la expresividad plástica se dan rienda suelta. Se trata de una arquitectura orgánica fluida, muy plástica y continua. De hecho cambió la idea del espacio, la naturaleza de éste y su estructura.
Su impresionante linterna y su rampa continua helicoidal y hacia la cúspide, le hace ser un edificio único e inolvidable. Sus cualidades espirituales captan la atención hacia la luz superior en ese recorrido, invitándote a explorarlo. Esto hace posible la visita de las exposiciones que alberga en cada planta.
«La forma sigue a la función»
Para comprender cómo Lloyd Wright llegó a la concepción teórica del organicismo o arquitectura orgánica, deberemos antes mencionar la arquitectura racionalista en crisis y a la cual pertenecía su maestro y mentor Louis Sullivan.
Sullivan fue un pensador independiente, con una filosofía propiamente expresionista en cuanto a sus conceptos arquitectónicos. Su frase célebre: «la forma sigue a la función», muchas veces fue mal entendida.
Pero las siguientes generaciones de arquitectos, por ejemplo los de la Bauhaus, llevaron la frase de Sullivan hasta sus últimas consecuencias. Es decir, en su sentido literal, retomando la esencia del concepto en la arquitectura funcionalista y el estilo internacional.
El siglo de los artistas
El siglo XX está marcado por un nuevo modelo de vida que va a afectar a todo aquello que el hombre se proponga o emprenda. Se cambia de paradigma en cuanto a los nuevos fundamentos de las artes plásticas. En primer lugar los contenidos del arte varían, también irrumpen nuevas formas de expresión y de lenguaje creativo.
Tras la revolución industrial, la fuerza con la que surge otro tipo de espectador y consumidor de arte, condiciona los nuevos valores de la creación artística. Esto es, la misma noción de su existencia proyecta una gran influencia sobre el creador y la construcción de su obra.
Las nuevas expectativas del creador, tanto en arquitectura como en otras disciplinas artísticas, toman un rumbo diferente, abierto al consumo de arte por distintas clases sociales. No solo se pretende llegar a las élites económicas, si no a la clase media, culta, preparada y con opinión propia.
Como consecuencia cambia la temática, la composición y su estructura. Gracias a los nuevos materiales y formas de expresión, se origina un nuevo lenguaje plástico compuesto de múltiples ramificaciones. En conclusión cambia el propio concepto de la obra, como objeto artístico.
Para resumir, el siglo XX está tratado como esa parte de la historia del arte que se escribe con el nombre de los artistas. Es por tanto el siglo de los artistas. Fundamentalmente debido a que las corrientes o las tendencias pasan a segundo plano, ante la importancia de las ideas del propio creador.
Arquitectura orgánica de Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright (1867-1959) fue el gran maestro de la arquitectura del siglo XX. Su concepto sobre la arquitectura orgánica sigue vigente un siglo después. De tal manera se anticipó a la visión de la vida moderna. Puso en relación los elementos de la naturaleza y la simbiosis entre ésta y la acción constructiva del hombre.
En éste periodo la arquitectura se renovó totalmente gracias a los nuevos materiales tales como el hierro, el cristal, el cemento o el hormigón armado. Surgieron nuevas técnicas constructivas y renovadas formas donde predominaba la simplicidad.
En éste caldo de cultivo apareció la figura de Lloyd Wright con una fuerza increíble. Su filosofía de la arquitectura y la visión orgánica de la misma, le convirtió en el gran ideólogo del organicismo.
«La forma de la arquitectura orgánica sigue a la naturaleza»
Tanto es así que en su libro «La causa de la arquitectura» de 1908, destacó los elementos más importantes de la organicidad.
En primer lugar la simplicidad y el reposo como cualidades que proporcionan valor a la arquitectura. Por lo cual la necesidad de simplificar el diseño estructural reduciendo el número de habitaciones y transformar éstas en espacios abiertos.
También los vanos como puertas y ventanas, así como el mobiliario deben estar en consonancia con la estructura del edificio. Dicha estructura debe parecer creada por la naturaleza, es decir, como si creciera de forma autóctona. Para ello la elección de los materiales y la coloración del edificio deben estar en armonía con el entorno y su estética natural.
Valores de la arquitectura órganica
Para Lloyd Wright el edificio es un organismo vivo que crece desde dentro hacia afuera en complicidad con la naturaleza del entorno. De tal manera el arquitecto debe tener muy en cuenta factores como la localización geográfica, el medio climático, la luz o la acústica, así como la armonía del color.
La arquitectura órganica busca nuevos valores como son la planta libre y el predominio de lo útil frente a lo ornamental. Sin duda se vale de los recursos industriales en beneficio de la creación de espacios armónicos y en sintonía con la naturaleza.
El legado de Lloyd Wright se basa fundamentalmente en dos conceptos. El primero de ellos es la continuidad interior del espacio exterior, es decir la armonía entre la naturaleza y la arquitectura. Y en segundo lugar, la creación de un espacio expresivo en el interior de un volumen abstracto.
Influencia japonesa en la arquitectura orgánica
Frank Lloyd Wright fue un apasionado de la cultura japonesa, en especial del grabado de género ukiyo-e.
Sumamente interesado en dicha manifestación artística del arte japonés, escribió en 1912, un breve pero interesante ensayo: «La estampa japonesa: Una interpretación».
En concreto le gustaban los dos grandes paisajistas Katsushika Hokusai y Utagawa Hirosige.
Le sirvió claramente de inspiración en la construcción de su idea de organicismo y su concepción moderna de la arquitectura. Por tanto, en el propio desarrollo y conquista de la arquitectura contemporánea.
La relación establecida entre Wright y la estampa japonesa le sirvió de inspiración, mostrando un vínculo claro entre la naturaleza, la geometría y la arquitectura. Digamos, pues, que fue uno de los orígenes de la arquitectura orgánica.
La modernidad del arte japonés le apasionó y ésto se reflejó de una manera constante en su obra. Es muy visible en Fallingwater, la casa de la Cascada, además de otras tantas casas de pradera como Robie house.
La belleza de la sencillez
Para ello se apoyó en la importancia de la naturaleza en la cultura japonesa y la estética de la belleza de lo visualmente sencillo. En otras palabras, en el peso de la geometría de las formas y su valor simbólico, tan propio del ukiyo-e.
Fue un estudioso coleccionista de esta expresión plástica japonesa, desde su juventud hasta su muerte. Vivió rodeado de estampas de género ukiyo-e, sintiendo admiración por la integración de la construcción nipona en su entorno natural.
El contacto continuo con ésta cultura le condujo a convertirse en un marchante sagaz, importando más de 20.000 obras japonesas para museos y coleccionistas norteamericanos. Sobre todo fue un pionero en descubrir el valor y la modernidad del arte japonés.
Conquistas de la arquitectura orgánica
En primer lugar hizo posible la fusión con la naturaleza conquistando el espacio interior de la casa en armonía con la misma. En consecuencia la casa se adapta al paisaje tanto en sus formas como en los materiales elegidos.
«Fallingwater» esencia de la arquitectura orgánica
La casa «Fallingwater», se edificó desde 1936 a 1939, sobre una cascada del río Bear en Pensilvania. Sus cimientos son las propias rocas del lugar donde se asienta la edificación. Perteneció a la familia Kaufmann hasta 1963, año en el que fue donada al Estado de Pensilvania. Desde 1964 está abierta al público y constituye uno de los reclamos turísticos más importantes del Estado.
El ejemplo más notable del estilo de pradera de Wright lo constituye la casa Kaufmann o casa de la Cascada, en la que definitivamente se aúnan todas las aspiraciones arquitectónicas de su creador.
Por ello Lloyd Wright respeta las desigualdades del terreno, en esta especial fusión, desdeñando las excavaciones y allanamientos en el asentamiento de la casa. Su integración en el medio natural, un bosque caducifólio de Pensilvania, es totalmente perceptible.
También hace que se imponga la asimetría tan poco frecuente en periodos precedentes de la arquitectura. Además destierra las grandes cristaleras, para que penetre únicamente la luz necesaria.
La iluminación, en buena medida, ha de ser indirecta, es decir, la reflejada y proyectada por el suelo. De ésta manera se recoge la luz satisfactoria para la actividad humana en el interior de la vivienda.
Introducción de la sombra en la arquitectura orgánica
Consecuentemente introduce la sombra en el interior de las casas, emulando a la propia naturaleza exterior que rodea las mismas, es decir, en conformidad con ella.
En cuanto a la alimentación de calor en las viviendas, retoma el sistema romano de calor bajo el pavimento, además de la utilización de las chimeneas, tan centrales para Wright dentro de sus construcciones.
Por la planta baja circula un arroyo al que se tiene acceso por medio de una escalera situada en la primera planta. En la imagen anterior se observa el comienzo de la escalera del arroyo al que me he referido.
Proporción humana de la arquitectura orgánica
Para concluir con la idea de casa orgánica que Lloyd Wright consiguió establecer, hay que destacar la noción de proporción con respecto al hombre y la altura de la edificación. Como resultado la altura de la casa debe acomodarse a la dimensión del hombre.
De ahí que bajara la altura de los techos en sus edificaciones, lo que les concedía una sensación de recogimiento y calidez, síntoma de su intención de convertir la vivienda en un lugar acogedor.
Las chimeneas para Wright eran el altar mayor de la vivienda. Toda la vida interior de la casa circulaba alrededor de ésta, por lo que constituían el eje central desde el cual se disponían el resto de las estancias. Eran por tanto el centro de la casa, el lugar de reunión y el calor hogareño.
La chimenea de Fallingwater, con su caldero esférico calienta aguas, dispone de un anclaje de brazo giratorio para su manipulación. En él se podían calentar, además, otro tipo de bebidas para fiestas o reuniones.
Esbozos de una vida dedicada a la arquitectura orgánica
Nació en el seno de una familia galesa y pasó su infancia y adolescencia en una granja de Wisconsin, algo que le condicionaría toda su vida, tanto profesional como personalmente. En consecuencia siempre se sintió identificado con sus antepasados galeses y su cultura celta. Los valles de Spring Green en Wisconsin fueron su Gales americano.
Fue un hombre genial repleto de contrastes. Brillante y entusiasta así como colérico y en ocasiones mezquino. Era como él mismo decía sinceramente arrogante además de egocéntrico. Pero siempre lleno de fuerza y talento creativo. Su capacidad generadora arrastraba a todos los que convivían con él ya fueran colaboradores o familiares.
Para Wright el arquitecto era un creador, un artista. Su frase: «La casa debe ser intensamente humana» encierra su filosofía y nunca cejó en su empeño de diseñar esos espacios para ser vividos por las personas.
Prairei house: arquitectura orgánica
Sus primeros diseños fueron las denominadas «casas de pradera» o «prairei house», casas unifamiliares integradas en su entorno, en donde consigue una transparencia visual y una sensación de amplitud.
Entre 1900 y 1910 escribe libros y da conferencias mientras proyecta numerosas casas de pradera en los bosques y lagos de Wisconsin y Michigan.
Durante los últimos años de esa década, establece una relación profesional con el ingeniero eléctrico Edwin Cheney, quien le solicita el diseño de su casa de Oak Park, zona tranquila alejada del bullicio, a unos kilómetros de Chicago.
De dicha relación surge el amor entre la esposa de Cheney, Mamah Borthwick, y el propio Wright. Ella era una mujer cultivada, intelectualmente intrépida y muy leída. En definitiva llena de atractivos para Frank, por lo que hubo una mutua complicidad desde el principio.
Contacto con la cultura clásica
Pero en 1909 ambos abandonan a sus parejas e hijos y se marchan discretamente a Europa. En el viejo continente Wright se empapa de cultura y arquitectura clásica, además de obtener un gran reconocimiento entre sus colegas. Su influencia se proyectará en las futuras generaciones de arquitectos europeos.
Ambos se instalaron en un hotel de Berlín, pero la noticia del adulterio trascendió y fue la primera página del «Chicago Tribune» y de toda la prensa nacional.
Fue un verdadero escándalo, pero pese a ello él regresó, cuando Mamah continuaba en Berlín.
De tal manera se cebó la prensa con ellos, que la sociedad puritana de la época les hizo el vacío. Sus amigos y vecinos de Oak park, le despreciaron y su popularidad se vino a bajo. Los encargos como arquitecto disminuyeron estrepitosamente quedándose tan solo en tres proyectos.
La vuelta a los orígenes
En esta tesitura Wright escribió: «porque no sabía lo que quería, quería irme». Y así fue, cerró su estudio de Oak Park en 1910, donde había realizado más de 150 proyectos y volvió a las praderas y valles de Wisconsin.
La casa Taliesin, Wisconsin
Volvió a su casa, a sus orígenes, a los ancestros galeses donde se asentaba su familia. En aquellas tierras construyó Taliesin, que significa arco de plata en galés.
Haciendo un guiño a su ancestral cultura celta, Taliesin se levantó entre los valles y lagos de Wisconsin, cerca de Spring Green.
De lo sagrado del lugar y en honor a la cultura de sus abuelos y de su mítico héroe, el poeta profeta. De ahí su significativo nombre. Esta fue la idea de Taliesin, como un regreso al principio junto a Mamah y a sus familiares. Volvió a la madre tierra.
Para su diseño utilizó lo aprendido de la cultura clásica, en especial la Villa Medici de Florencia y sus jardines secretos rodeados de altos muros. Sin embargo su estilo de casa de la pradera, no se vio ni alterado ni resentido.
«Tres veces construida dos veces destruida»
Pero en 1914, sobrevino la primera desgracia de Taliesin. Su cocinero, un hombre paranoico, cerró todas las puertas de la casa menos una, donde esperaba con un hacha a quien fuera saliendo. Asesinó a seis personas entre ellas a Mamah y a sus dos hijos, así como a otros tres empleados. Después le prendió fuego.
Prácticamente Taliesin quedó destruida, salvo el estudio de Wright y una pequeña habitación que había detrás. Pero su espíritu de renovación perpetua le condujo a reconstruirla en memoria de Mamah. Para ello utilizó los fragmentos producidos por la propia destrucción.
Once años más tarde se volvería a incendiar, ésta vez de forma fortuita a consecuencia de un cortocircuito en el interior de un muro. El fuerte viento hizo el resto, volvió a quedar destruida.
Tampoco ésta vez se dio por vencido y volvió a tomar las cabezas de estatuas, los trozos de porcelanas chinas y todo aquel resto útil en su reconstrucción. Una casa en permanente proceso de creación debido a los desastres que la acompañaron.
Por aquel entonces escribió: «Tres veces construida dos veces destruida. Pero un lugar de gran reposo. Cuando estoy lejos de ella, es como una banda elástica a punto de romperse, cuando estoy en ella el tirón se relaja…vuelvo feliz de estar allí otra vez»
Hotel Imperial de Tokio: la inspiración maya
Varias desgracias consecutivas y la pérdida de la familia formada con Mamah, le dejó algo deprimido y solo. Entonces apareció en su vida Maud Miriam Noel, de la que se enamoró, hablando de literatura y arte muy rápidamente. Maud era una persona conflictiva, adicta a la morfina y patológicamente celosa.
Pese a todo se implicó en su trabajo y le acompañó a Japón en su aventura oriental. Allí Wright construyó hasta 1923, el magnifico Hotel Imperial, en el que como en todos sus proyectos se implicó al máximo.
Lo sorprendente de éste hotel es que Wright utilizó un estilo maya simétrico, con una composición piramidal, elementos de la iconografía centroamericana y diseños geométricos Art Decó.
Para su edificación utilizó piedra volcánica de Oya, fácilmente tallable recubriendo el hormigón, además de combinar ésta con ladrillo amarillo y terracota.
La especulación urbanística
Pero las incongruencias del destino, hicieron que resistiera tanto el devastador terremoto de Japón, como los ataques de bombarderos de la II guerra mundial. Sin embargo fue incapaz de resistir la especulación urbanística, y en 1968 fue derribado para ser sustituido por una torre moderna, pero anodina.
Gracias a su método constructivo antisísmico, con juntas cada 20 metros a lo largo de la edificación, cableado y cañerías fuera de la misma, techos de cobre y piscinas en la entrada para los incendios, pudo sostenerse en pié y fue el refugio de los ciudadanos de Tokio, cuando todo quedó devastado.
Pero el hall del hotel persiste ya que fue trasladado a Meji Mura en Nagoya, como testimonio del paso de Wright por la cultura nipona.
Entre tanto su relación con Maud fue de mal en peor. Tan solo seis meses después de contraer matrimonio, ella le abandonó, no sin seguir creando conflictos, pero ésta vez judiciales.
Finalmente encontró a la que sería su última mujer, con la que tendría una hija. Olga Ivanova Lazovich, a la que llamaban Olgivanna, 30 años menor que Wright y la mujer que le acompañó el resto de su vida.
La casa Taliesin west, Arizona
Con ella diseñó el segundo Taliesin, en el desierto de Sonora al norte de Phoenix, Arizona. Su construcción duró unos cuantos años, hasta 1937 y en donde Wright se implicó directamente junto a sus operarios, en el transporte de material y en la constante y directa intervención de su diseño.
Durante su construcción y dado que ésta se prolongó en el tiempo, mientras se hacía la casa, la familia Wright habitaba una cabaña aledaña.
Hormigón del desierto
En su edificación se utilizaron los materiales locales, ya que estaban allí y formaban parte del desierto como la propia casa. Las rocas se transportaban al igual que la arena haciendo una colada que el mismo Wright denominó hormigón del desierto.
Por otro lado la estructura de Taliesin west se realizó con madera de secuoya tanto para techos como para marcos, bajo los que se colocaron lienzos blancos para el tamizado de la luz, creando no solo difusión de la misma, si no además permitiendo el paso de corrientes de aire.
Pero no solo se usó madera en dichas estructuras, también se utilizó el acero y el cristal para concederle mayor durabilidad.
Métodos pasivos para adecuación climática
Para la adecuación climática de la casa del desierto, se practicaron métodos pasivos. Tales como: grandes aleros, pérgolas, muros cribados y ciegos, además de cerramientos transparentes de doble cristal.
Para humectar se hicieron dos estanques, orientados según los vientos dominantes y adosados al edificio.
Además para su aislamiento se construyeron muros de gran espesor, con cámara de aire. Como se puede ver en las imágenes, la modernidad de ésta casa sorprende y su fusión con el medio desértico, está en total armonía.
«Taliesin Fellowship»
Fue su hogar y su estudio de invierno hasta su muerte en 1959, a los 91 años. En ella se creó su escuela de arquitectura a partir de 1937 «Taliesin Fellowship». En donde se impartieron clases de arquitectura, construcción, agricultura, jardinería y cocina. Sin faltar por supuesto la danza, las artes plásticas o la música.
En Taliesin west concibió las casas usonianas y el Museo Guggenheim de Nueva York, inaugurado después de su fallecimiento.
En la actualidad sigue siendo la sede invernal de la escuela de arquitectura Taliesin, así como la sede de la Fundación Frank Lloyd Wright.
«Frank Lloyd Wright trust»
Para concluir apuntar que la supervivencia de las obras de genial arquitecto, están supeditadas a los caprichos de sus actuales dueños. Varias de ellas han estado a punto de ser derribadas. Por ello se creó el «Frank Lloyd Wright trust», que se compromete a ayudar a los propietarios de dichos edificios históricos a conservarlos.
Una serie de profesionales especializados, como artesanos vidrieros por ejemplo, se encargan de tales restauraciones, para que su obra se mantenga en el tiempo.
Concepto de casa usoniana
En primer lugar el concepto de casa usoniana tenía como objetivo llegar al americano medio, dentro de una cultura igualitaria y democrática. Para ello tenía que ser asequible y se debían reducir los costes.
Su utopía antiurbana le hizo idear la casa unifamiliar de bajo coste, transversal y de implantación nacional.
El periodista Herbert Jacobs le propuso su primera casa usoniana, tras la gran depresión, para lo que le traspasó a Wright un presupuesto de 5.000 dólares. La casa Jacobs I, de 1937 fue la primera de su serie de casa usonianas. Poco después su propietario le encargó la casa Jacobs II, con mucho más espacio como vivienda.
Para conseguirlo utilizó sistemas constructivos económicos y sencillos como la solera de hormigón que no requería la utilización de obreros especializados. Un núcleo central de piedra local, que normalmente era su chimenea, marcaba su estructura. Además su construcción se hacía in situ.
La economía de la prefabricación
El resto de la vivienda era diseñada y fabricada en el taller de Wright, por lo cual estaba preparada para ser montada fácilmente. Por lo tanto introdujo la prefabricación de tabiques y muros compuestos de lamas y listones de madera.
En definitiva la estandarización fue inevitable. Los volúmenes abstractos componían su estructura en forma de malla rígida geométrica ya que ésto facilitaba su prefabricación.
El uso de madera laminada de cedro
La utilización de madera laminada de cedro se aplicó en todos los elementos constructivos, ya fueran tabiques, cubiertas o mobiliario. Eso sí, todo en perfecta armonía. Gran parte de los muebles fueron considerados como elementos fijos e integrados como conjunto del diseño constructivo. Tales como armarios, estanterías o mesas.
Además tuvo el talento creativo de diseñar muebles con la malla o trama geométrica de la casa a la que pertenecieran. Os ofrezco alguna muestra de ello como son el sillón «Origami» o la silla «Sondern».
Otros diseños de mobiliario de Wright
Algunos edificios de arquitectura orgánica de Wright
Edificio Johnson Wax
Está considerado como el proyecto más ambicioso de la arquitectura industrial de Lloyd Wright. Se trata del diseño de la fábrica Johnson Wax de Racine en Wisconsin.
La primera imagen se corresponde con la biblioteca del edificio. Se pueden observar las grandes columnas en forma de seta características de toda la edificación.
En el Interior del edificio Johnson, zona administrativa, donde la utilización de columnas de forma vegetal, como grandes árboles, o grandes setas, crea un espacio totalmente iluminado, ya que los vanos entre ellas son linternas de luz.
Su gran talento le permitió diseñar el mobiliario de las oficinas de la fábrica de Johnson Wax en Racine. Las imágenes anteriores demuestran la funcionalidad y estética que les aportó.
El uso del cristal en el complejo Johnson Wax
El genio constructivo de Lloyd Wright es visible en todas las ideas que llevó a la práctica. En la imagen anterior un pasadizo con paredes y techos de cristal con un estanque en la zona central. Tres arcadas componen la techumbre, de las cuales la medial es de medio punto, mientras que las laterales es la mitad de arco cada una.
Como se puede observar no le faltaban recursos imaginativos y estéticamente innovadores. La cúpula linterna del edificio Johnson, de forma circular compuesta a su vez de círculos estructurales que van decreciendo en tamaño hacia el centro.
La sala central de éste edificio es impresionante. Totalmente acristalada y con estructura y soportes de acero, un doble piso perimetral y luminarias colgantes, todo diseñado por Wright.
Dibujos del proyecto de arquitectura industrial orgánica
En resumen, os muestro dos dibujos del diseño que Lloyd Wright hizo para la fábrica y sede de Johnson Wax, un complejo enorme con oficinas, biblioteca, zonas de trabajo y áreas de descanso.
Ennis house, arquitectura orgánica exótica
La casa Ennis está situada en Beverly Hills, Los Ángeles. El espíritu inquieto de Lloyd Wright le conduce a indagar en otras culturas. Como resultado y a propuesta de su cliente, amante del arte maya se introduce en esa cultura, buscando patrones que la simbolicen.
Claramente, el resultado tiene una palpable inspiración maya. Su aspecto es exótico y atractivo, y aún siendo una gran villa, sigue permaneciendo fiel a su propósito de organicismo estructural.
Su principio de empatizar con el entorno natural tras su búsqueda permanente del ideal de arquitectura, le condujo a satisfacer a su cliente. Dueño de una tienda de ropa, diseñó los bloques de hormigón que la compondrían.
«Bloques textiles»
Se trataba de sillares cuadrados compuestos de grava, granito y arena a los que el propio Wright denominó, «bloques textiles». Se utilizaron 27.000 de ellos en su construcción, dando como resultado ésta hermosa villa.
Las piezas diseñadas por Wright consistían en baldosas con relieve abstracto que en alternancia con las lisas destacaban su acercamiento a la cultura maya. La baldosa que os muestro con su relieve geométrico, está presente tanto en los exteriores como en los interiores de la edificación.
Precisamente por el aspecto exótico que muestra esta villa, fue utilizada como decorado de la película de «Blade Runner», un verdadero hito del cine de ciencia ficción, y precursora de otras muchas películas de éste género.
El resultado de la casa Ennis, aunque ha sufrido deterioro debido al tiempo y a un cierto abandono durante algunos años, es del todo étnica e impactante. Las vistas que se observan desde sus ventanales se corresponden con la ciudad de Los Ángeles.
Hollyhock House
Hollyhock house, que traducido quiere decir la casa Malvarrosa, fue el encargo en 1917, de Aline Barnsdall, mujer dedicada a la producción del teatro experimental. Era la rica heredera de un emporio petrolífero, bohemia, feminista y cercana a los círculos de la izquierda americana. Además era madre soltera, algo que para la época era inconcebible y por supuesto socialmente inaceptable.
La casa fue construida en la cima de Oil Hill, en Hollywood. A diferencia de otros de los diseños de Wright, ésta casa se abre hacia el interior de un patio, siendo las fachadas exteriores más bien ciegas, como muros en lo alto de la colina.
Aline Barnsdall y Lloyd Wright tuvieron una relación conflictiva. Pese a que el arquitecto era un hombre muy seguro de su genial talento pasaba unos momentos delicados desde el punto de vista personal. No soportaba a la que el mismo llamaba bolchevique de salón. Pero a ella le sucedía lo mismo, pensaba que Wright era un soberbio y un misógino.
Con una relación tan crispante no se ponían de acuerdo, de modo que la casa Hollyhock tardó cuatro largos años en ser construida.
Mantuvieron una enfrentada relación epistolar, con amenazas de demanda incluidas, ya que Wright por aquel entonces estaba viviendo en Japón debido a la construcción del magnífico Hotel Imperial de Tokio.
«La casa ideal» restaurada
Finalmente Wright, agotado por las sucesivas negativas de Aline, decidió hacerle llegar los planos y diseños de la casa que estaba ideando para él mismo. Fue entonces cuando Aline Barnsdall aceptó, arguyendo que pese a ser un arquitecto soberbio e intratable, había conseguido conectar con su concepto de casa ideal.
De las obras in situ se encargó el hijo de Wright, también arquitecto, por lo que el conflicto inicial acabó. Ya tenían ambos un intermediario pacificador por medio del cual se pudo concluir el proyecto.
Varias décadas ha estado abandonada, pero ésta belleza de edificación no podía permanecer en ese deterioro paulatino. No hace mucho ha sido restaurada y las imágenes que os ofrezco son fruto de dicho trabajo.
Casa estudio de Lloyd Wright, arquitectura orgánica
La casa estudio de Wright, localizada en Oak Park, Chicago, fue el primer proyecto individual del arquitecto. La primera parte de su construcción la dedicó al diseño de su propia vivienda, pero fue añadiéndole distintos módulos, en función de sus necesidades y como campo de prácticas sobre su ideal de arquitectura.
De tal manera fue un banco de pruebas para el resto de sus diseños arquitectónicos. En Oak Park existen otras cuantas casas diseñadas por Lloyd Wright, de arquitectura orgánica.
Estudio de Oak Park
Al norte de la casa edificó su estudio años después, convirtiendo ésta vivienda en un proyecto permanentemente vivo. Su entrada es claramente una reinterpretación clásica, con esos elementos básicos de la misma, a pequeña escala. De hecho toda su construcción está basada en la dimensión y necesidad humana, es decir en la proporción del hombre.
Se accede al estudio mediante un recibidor que está iluminado a través del porche desde donde se distribuye el tránsito hacia la sala de dibujo, el despacho de Wright y la biblioteca.
Sala de dibujo del estudio de Oak Park donde ideó la arquitectura orgánica
Toda la iluminación de la sala de dibujo está pensada en función del trabajo humano que se desarrollaba en ella. Así pues recibe la luz superior de forma perimetral, a modo de linterna, además de ventanas a 1,80 metros por encima de la imposta de madera. La luz artificial es concreta y referida a la localización de las mesas de dibujo.
Como se puede ver en las imágenes el estudio de Wright está pensado para el uso humano que se iba a desempeñar dentro del espacio que generó.
Despacho de Wright
Para su despacho concibe un espacio más íntimo y del tamaño adecuado a su propia necesidad.
Biblioteca del estudio
Igualmente sucede con la biblioteca, con capacidad para tres o cuatro personas, recoleta y acogedora. Toda la documentación se encuentra en el perímetro de la misma, de forma octogonal y de iluminación natural también por encima de la imposta de madera.
Vivienda de Oak park
Por otro lado, en la vivienda que fue lo que primeramente construyó, se entra en una espaciosa estancia que es el recibimiento y salón de la casa y que da acceso a otros departamentos de la misma. Inició su construcción en 1908, pero fue añadiéndole más fases edificativas, como bien ya he mencionado.
Del tal modo encontramos en el salón la chimenea, con dos sillones a ambos lados de la misma y unas cortinas que recogen el espacio para mayor confort.
Salón de juegos de la vivienda
Pero una de las piezas más significativas de la casa es la sala de juegos. Su techo es abovedado en arco de medio punto y su chimenea frontal al extremo opuesto a la entrada del salón. Por otro lado la chimenea está decorada con una pintura inspirada en la cultura egipcia.
La iluminación de éste espacio tiene tres vertientes. Una primera artificial con un gran lucernario situado en la clave de la bóveda. Seguidamente dos grandes ventanales a ambos lados de la sala y para concluir otras cuatro entradas de luz natural por encima de la imposta. Estas últimas combinadas con sendos focos de luz artificial.
Robie house, arquitectura orgánica
Como bien he mencionado anteriormente, la influencia del arte y la construcción japonesa en la casa Robie, es evidente. Es un prototipo de la arquitectura orgánica, como casa de pradera. Está situada en Chicago y data del año (1908-1910).
La horizontalidad, sus grandes aleros y el que los planos paralelos a la linea de tierra formen parte del suelo, son propios de su estilo. La ausencia de ornamentación y su equilibrio con el entorno son parte esencial de la arquitectura orgánica de Wright.
Los espacios principales de la vivienda quedan abiertos por medio de mamparas y celosías. Las vidrieras de cristal emplomado y los grandes maceteros de piedra, como elementos propios del estilo de Wright.
El arquitecto consiguió interiores cálidos y acogedores en esos espacios abiertos, marcando un equilibrio entre lo público y lo privado de la vivienda.
David Wright house, arquitectura orgánica
La casa David Wright en Fénix, Arizona, es el diseño que el arquitecto ideó para su hijo. Para empezar se compone de una estructura circular y un acceso en rampa completando el círculo que da entrada a la casa, situada en la primera planta.
De tal modo la edificación se apoya en unos basamentos lineales en disposición radial con respecto al semicírculo que describe la vivienda.
Además, una torre apoyada en línea de tierra y una gran chimenea en su perímetro dan consistencia a la edificación.
Como se puede observar, dicho diseño genera un espacio interior ajardinado y una zona de sombra bajo la vivienda.
También podemos ver los ventanales que rodean la edificación, tanto en la zona interior del patio, como en la exterior hacia la pradera.
El «Hemiciclo solar» la casa Jacobs II, arquitectura orgánica
Poco tiempo después de construirse la primera casa usoniana, la casa Jacobs I en 1937, su propietario solicitó a Wright el diseño de una segunda casa, ésta vez con más superficie y por supuesto de arquitectura órganica.
Para ello Wright consideró la inserción en el medio natural donde se asentaría, su clima, la orientación y por supuesto los materiales que la compondrían.
Ideó la casa para su cliente en Middleton Wisconsin en 1943. Utilizó una adecuación climática, dada su ubicación, apoyada en dos principios básicos, el asoleo y la localización de los vientos dominantes.
Situada en lo alto de una colina, diseñó una vivienda semienterrada, con un montículo que la protege y abriga de los vientos en su cara norte.
De estructura semicircular en la cara sur, con un amplio voladizo que permite la entrada de luz en invierno y proporciona sombra en el verano. Dicha vivienda está diseñada en relación al curso elíptico solar. Para el que desarrolló un esquema que denominó «hemiciclo solar».
En el jardín de orientación sur posee a un radio de 7 metros, un hundimiento cóncavo en relación a la vivienda. Esta disposición que actúa como receptáculo solar, además, proyecta los vientos de una manera aerodinámica, haciéndolos fluir por encima de la casa.
Jester house, arquitectura orgánica
Fue diseñada en el año 1938 por Wright, para Ralph Jester y ser edificada en la costa californiana del Pacífico. Pero jamás sería construida. Os muestro la maqueta y los planos del proyecto.
Norman Lykes house, arquitectura orgánica
Fue el último de los proyectos de Wright, murió antes de ser acabada, a poco de ser finalizada, de modo que asumió la conclusión de la misma uno de sus alumnos en el año 1959.
Se respetó íntegramente su proyecto a base de, como se observa en la imagen del plano, de una planta compuesta de círculos, de mayor y menor medida, por lo que la curva es su seña de identidad.
Está ubicada en la zona desértica de Fenix, Arizona. Sus lineas fluidas y circulares están en toda la edificación.
Sus nuevos dueños han practicado una restauración a todos los niveles, dejando la vivienda tal y como se muestra en las imágenes.
La vista panorámica del salón es impresionante y además se observan en el interior de la vivienda, los muebles diseñados por Wright como el sillón origami.
Los muros son curvos, las ventanas también, como se ve en la cocina, en sus luminarias, sus mesas. En definitiva en armonía con la malla o trama específica de la vivienda.
Algunos diseños de vitrales modernistas de Lloyd Wright
En definitiva y para concluir el viaje hacia la obra del genial arquitecto, del artista multidisciplinar y del hombre innovador, os ofrezco algunos de los vitrales que tan íntimamente van ligados a su obra.
Pingback: La mujer en la Bauhaus blog La mujer en la Bauhaus - minguez arte
Buenísimo artículo, como los dos anteriores, …deseando el siguiente.